No son inútiles la verdad y la ternura
José Martí
Cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la Vida
y porque no podemos, ni
queremos
dejar que la canción se haga ceniza.
Mario Benedetti
Soñar no cuesta nada, dicen, pero
cuál es el precio de hacer realidad un sueño. Y es que este disco es un sueño
hecho realidad gracias a algunas virtudes que no tienen precio: constancia,
solidaridad, confianza, empeño, generosidad, amistad, compromiso y así hasta
desbordar de halagos y agradecimiento a todos y a todas los que han puesto su
luz para que este trabajo brille y a quienes han puesto sombras para que, en
contraste, sea más luminoso, si cabe.
FISENSI, que es una modesta
Asociación de familiares y de personas con discapacidad, me llamó a propósito
de un trabajo que realizamos hace unos años; no había nada en claro, sólo la
intención de recaudar fondos para mejorar los servicios que FISENSI ofrece a
sus socios.
Dije sí, hablamos de nanas y
empezamos sin calcular los pasos, sólo concientes de la dimensión del sueño,
este sueño.
Algunos más dijeron si y sus
palabras se las llevó el viento, otros no hablaron y se pusieron manos a la
obra.
Trabajamos, pedimos, vendimos,
contamos, convocamos, batallamos, nos desanimamos, pero el desánimo fue siempre
más leve que la ilusión, que la convicción de que al final sólo sabe mejor
aquello que nace del empeño.
Todos, todas, dimos lo que
tuvimos y pudimos dar, pero lo más importante fue la confianza. Mi sueño cobró
la dimensión de la certeza cuando Juanito Villén se sumo al juego, cuando
Maroto dijo sí y cuando Carlos y Hernán, definitiva y rotundamente, se sumaron
al proyecto, aquel domingo frío, tirados en una alfombra de colores, al calor
de la lumbre y ante la mirada alucinada de Menchu.
Supe que todo iría bien porque el
camino funda y es leve cuando la compañía es buena y estos compañeros de viaje
tenían todo lo que han puesto para que disfrutemos ahora de esta verdad:
talento, genio, ganas, ilusiones, compromiso, nobleza, generosidad y una
capacidad incalculable de convocatoria y de trabajo, para poder juntar a toda
la buena gente que da vida a estas canciones con voces e instrumentos y, a
veces, sólo con la mejor de las energías: los afectos.
No ha sido fácil, pero ha sido
hermoso, humano; ha sido una experiencia de esas que la vida te regala para
saber que lo mejor de las ilusiones es encontrar tiempo, personas y razones
para intentar hacerlas realidad, para saber que se puede si hay convicción y esfuerzo.
Estas canciones tienen sueños y
desvelos, ansiedades, miedos, certezas, dudas, ganas y desganos; tienen lunas y
noches, soles de domingos, afectos, voces amigas, tienen aromas de muchos rincones del mundo porque han
participado artistas de muchos lugares y otros se han quedado con las ganas de
aportar su rayo a este sol que ahora nos alumbra.
Estas canciones son la prueba de
que la luz la hacemos todos porque TODOS alumbramos, si nos proponemos alumbrar
y de que sólo podemos llegar al sitio DONDE NACE LA LUZ, si tenemos claro los
propósitos, si cada uno pone un poco de lo mejor de sí, de lo más genuino y auténtico que tiene, sea
mucho o poco, porque todo cuenta y en esta ocasión todo cuenta y canta.
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